jueves, 7 de abril de 2011

vientos del sur.

Por muchas cosas esta, "Vientos del Sur", es una de mis canciones favoritas, pero no creo que pueda llegar a transmitirlo. Me pasa algo muy raro: cuando me siento feliz no me salen las palabras. Y hace muchos días que quiero subir cosas al blog, pero no puedo, estoy atragantada de emociones. En el alma se siente bien, claro, y el hecho de no escribirlo no hace que lo sienta peor, claro también; pero a mí me gusta expresar lo que siento, aunque me cueste, y me molesta no poder hacerlo. 


Y entonces me pasa que encontré este video, y una historia detrás, y me hace sentir muy bien, muy plena, y quiero gritarlo a los cuatro vientos, y no puedo. Y entonces pienso en sólo subirlo -con lo vago que suena eso-, pero tampoco puedo, es como que me quedé a mitad del camino. Con la única persona que pude compartir esto, así, a flor de piel, y la rareza, y todo, fue con Rosi, porque ella sabe bien de qué hablo: de esa maldita sensación que es la plenitud


Esta canción me hace pensar en muchas cosas, pero ante todo en una noche. Una noche después de todas las noches que pasamos en Los Hornillos - noches de vino sin melancolía, diría el tema en cuestión. Y es que muchas de esas lunas estuvimos tiradas cantándolo, o al otro, o a aquel, o al que sea, porque para nosotras nada fue mejor que conocer a esta banda, la que nos cambió la vida, la que trajo esa poesía que no encontrábamos y que nos abrió las puertas a muchas más; pero que ante todo expresaba -con alegríayamor- toda esa bronca acumulada. "¡¡Tengo las pelotas por el piso y me rebotan!! ¿Entendés Laura? Te lo dicen así, así sin más", me decía Rosario, y se ponía colorada de pura emoción.


Esa noche que digo fue hace unos años ya, no sé cuántos, uno o dos. Nos íbamos a juntar todos los del viaje y al final fuimos nosotros cuatro (los primos) y Nina, una chica que recién llegaba a la ciudad y aún no conocía a nadie. Comimos asado, tomamos fernet, y charlamos, una banda. Y después fuimos a Berlín. Hacía mucho calor esa noche, y cuando empezamos a volver, sólo Rosario y yo, se estaba levantando tormenta. Viento. Viento del sur, no dejes que mis recuerdos se ahoguen; cantábamos, en medio de la calle. Mirábamos al cielo, abríamos los brazos, jugábamos a estar solas y llenarnos de aire. Vientos del sur sobre Montevideo, cantábamos, y nos fuimos a dormir, con la lluvia y el ruido a tormenta de verano. 


Pero resulta que esa canción siempre me gustó, no solamente esa vez, y siempre me pareció pertinente. Y más cuando me agarró el viento en el atardecer montevideano, andando por la costa del Río de la Plata. ¡Vientos del sur sobre Montevideo! Y nadie me entendía, se pensaban que jugaba a ser periodista-poeta. Pero era muy importante para mí cantar eso sobre la costanera - la misma que vi en el documental de Benedetti - y luego canturrear, mientras pateaba por la peatonal Sarandí, "por juan carlos montes a sarandí otra vez me perdí otra vez me perdí". Siempre fue muy importante para mí que la vida se vuelva canción. Y no tuve con quien compartirlo esa vez. No importaba. También escuché a Mauricio Ubal en el FunFun, otra cosa que me hizo muy bien. Porque estaba ahí, mirando su mismo río. Y cuando la canción es vida, es mejor aún. 


La canción en cuestión es esta, en la versión del autor*





Acá la versión de la tabaré: 


  








* cuando iba por calle Sarandí me encontré con un chico ruludo. A mí me gustan muchos tipos de chicos, pero los ruludos me conquistan de una. El chico ruludo tenía un puesto sobre una casa abandonada. Ponía los libros y los vhs sobre las rejas de la casa. Estaba bueno, llamaba la atención su puesta en escena. Yo me acerqué. "Sentate", me dijo, y me señaló un banquito. "No está bien", le dije. "Dale, así mirás tranquila". Y me mostró: "tengo esto, esto, aquello, tal cosa. Tengo un cd de Días de Blues". 


¡Días de Blues! Me exalté. 


- ¿De días de blues? ¡Qué bandaza!
- Sí, sí, mirá... 


Me acordé: Acordate de barral / cuando estaba todo mal / y tocaba en dias de blues


Me puse contenta. Ya conocía a esa banda, pero nadie la conocía, y en mi Montevideo no había sonado aún. 


- Y mirá, también tengo Montevideo Blues, y El Kinto, y claro, Días de Blues... Y si querés te los dejo a cien (uruguayos) cada uno. 
- ¿Sí? Bueno, ¿qué me recomendás?
-Días de Blues...
- Pero ya lo conozco... ¿Y si me llevo los otros dos?
- Bueno, dale. Venite mañana, traigo inéditos de Zitarrosa. 


Al otro día no lo encontré. Pero en Montevideo Blues canta este señor, Dino, que escribió Vientos del Sur. Y toca con La Tabaré. Y tiene unos temas re lindos, como este: 







1 comentario:

  1. el viento es tan bueno que es casi comparable con el elemento, el aire. y si es del sur viene más limpio, seguro.

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