martes, 16 de noviembre de 2010

algunas quieren ser una chica almodóvar,
yo quiero ser una margarita de rosencof


Aquella tarde de otoño era dorada
árboles y casas tras un tour amarillento
las copas calmas... el cielo tenue
el sol más lento... sus ojos sonreían
estaba enamorada...
Caminábamos los dos la hora encantada
en que el farol garúa su primer aliento
cuando salta a su paso un presentimiento
“...Dios mió...” dice... “ que nunca pase nada”
que puede pasar?... nada
nada va a pasar no se... no se...
“...es que todo es tan hermoso”
nos besamos con miedo
y volvimos a andar
pero tanto silencio se nos hizo penoso
entonces eligió hojitas secas para pisar
y el juego volvió el dorado más luminoso.
 
 
 
 

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