sábado, 12 de febrero de 2011

rutina elemental

Todos las mañanas, menos los domingos, me suena el despertador.  A las ocho y media, a las nueve, a las once, a las dos de la tarde. 
Abro los ojos rezongando, me estiro, me despedazo, y pido diez minutitos más que son muchos -infinitos- más. Por favor, diez minutos más, no me quiero levantar, digo con un brazo por acá, el otro cruzándolo, una pata arriba, otra pata doblada, toda hecha un nudo. 
Todosesosminutosdespués me levanto, y tras unos pasos cortitos llego a la ducha. Y me lavo la cabeza, las patas, las partes íntimas, la cara, todísima. Aunque sea verano, con agua calentita. 
Ya casi estoy bien. Ya casi no soy un zombie para esa altura. Me visto con lo que tenga a mano o tenga preparado de la noche anterior. Y bajo.

Escalón, escalón, escalón. Todos los días son una cantidad diferente. A veces salto más, a veces menos, a veces ninguno. Y bajo, y puedo saludar a quien esté, o no saludar, y prepararme el desayuno, o sentarme a la mesa para almorzar. Si tengo que desayunar, pongo el agua en la pava. Capaz ni llegué a decir hola que ya estoy ocupándome del mate. Es como un cachetazo amarguísimo que hace que el día empiece bien. Esencial. A veces me quejo. Cuando Marcela dejaba la radio con Novaresio me quejaba más. Ahora no tanto. A veces, lo que suena en la radio será mi trabajo de las próximas horas. Ahí sí me quejo. Más que con Novaresio. Pero, si el relataba mi próximo trabajo, era un desastre. Mientras, me agarro una fruta, o una tostada, o ambas cosas, o nada, porque se me hizo tarde.Después, vuelvo a ir para arriba. 

Escalón, escalón, escalón. Todos los días son una cantidad diferente. A veces salto más, a veces menos, a veces ninguno. Me lavo los dientes, miro todos los papeles recordatorios que me voy dejando y preparo la mochila. Todo junto. Siempre me olvido de algo, porque todo esta hecho a los apurones. 

Y vuelvo a bajar. Escalón... etcétera. Y me subo a la bici, y parto. 
A lo mejor, a la facultad. En ese caso, es raro que no me haya quedado durmiendo. 
Casi siempre, a trabajar. Trato de llegar al diario todos los días por una calle diferente. Pero siempre tengo que terminar en Moreno antes de San Luis, es mi manera más fácil de doblar. Tengo algunas canciones para la bici, cuando no tengo algo importante que pensar. Algunas de La Tabaré y algunas de Viglietti. Es raro, son esas nomás. 
Y ando, pedaleo, pedaleo, pedaleo. No encuentro una onomatopeya. Me gustaría transmitir lo de aquel cuento que alguna vez fue mi favorito, en el que Gabrielle contaba como andaba en bici. Pero ella subia y bajaba escaleras, era más fácil para la escritora. 

Y pedaleo, pedaleo, pedaleo, hasta dorrego y san luis. Y paro, y voy al diario. 
¡Hola recepcionista! ¡Hola a todos los que me cruzo hasta llegar a mi máquina! Y ahí empieza el laburo. ¿Lo mejor de un diario? Nunca sabes lo que va a pasar. Aún así, todos los mediodías, entre las 12 y las 13 suena el teléfono. Y Agustín y Diego gritan a coro: "¡Llegaron los hippies! ¡Comida naturista para Laurita!" Y en efecto, es, por lo general, Alejandrópulos alias Alejandro que trae mi almuerzo diario. 
¡Hola Ale! Siempre charlamos. Después, un chau, hasta mañana, esta noche, esta tarde, el martes... Alejandro tampoco es de la rutina. Nunca sé cuándo lo voy a ver. Está bueno. 

Todas las tardes salgo del diario y no sé qué hago. A veces, cuando me estoy yendo, me lo encuentro a Claudio que me dice que soy una hippie anacrónica, y se rie, y se va. Y yo no sé qué hago. 
Capaz me voy al parque, 
capaz a mi casa, 
capaz a lo de Camila, a tirarme a la alfombra mágica de Mora y jugar con sus juguetes,
capaz... nunca sé. Todas las semanas cambian, y eso está bueno de trabajar en el diario. 
Otras veces salgo del diario y tengo que ir a la facultad. A veces voy. A veces no. Y me dan ganas de cantar - y de hecho lo hago, mientras pedaleo, pedaleo, pedaleo- la muchacha de mirada clara / cabello corto / la que salió en los diarios / estudiante que faltaba a clase....
Otras veces me encuentro con las pibas. Y ahí sí que no sé qué puede pasar. Está bueno. Seguro habrá comida chatarra de por medio, y eso también está bueno. 

Por lo general llego a mi casa a cenar. A no ser que sea época de estudio, en ese caso, ya hará horas que estoy en casa. Porque falto a clase, pero estudio. Y me encierro y obsesiono. 

Todas las noches cenamos en casa con los viejos y miramos 678. Chusmeamos el día. Comemos. Hacemos chistes de la comida. Discutimos. Después, con mi señora madre nos sentamos a mirar un ratito de Los únicos, después esperamos que empiece El Elegido. Esa es mi novela de este año y el eje de mi rutina. Y me encanta, y soy re novelera. Y entonces la re-miramos, no nos perdemos de nada. Siempre tenemos algo dulce para comer con la mama, y sino lo inventamos. Y sino tomamos el te que traje de Uruguay.

Todas las noches, cuando termina El Elegido, subo las escaleras. Escalón, escalón, escalón. Todos los días son una cantidad diferente. A veces salto más, a veces menos, a veces ninguno. 
Una vez en la pieza, pongo música o, últimamente, la radio. Y lo escucho a Alejandro Apo contando cuentos, y después a Alejandro Dolina. En ese transcurso me pego un bañito, me pongo la primera ropa que tenga a mano, digna de llevarme a la cama, y me acuesto. Por lo general, leo. Pero ahora lo escucho a Dolina, hasta que me duermo. Y duermo hasta que me despiertan las chacareras de las tres de la mañana. Y luego, vuelvo a dormir. Hasta que, como todas las mañanas, menos los domingos, suena el despertador...


Algunos baches: 

las tardes en la piscina, las noches de joda, las arrancadas, los paseos nocturnos, los paseos a la mañana temprano, las marchas, la FLIA, las reuniones improvisadas, las fiestas improvisadas, los encuentros en la calle, otras canciones en la bici, otros libros, otros programas de radio, los días que camino, los que viajo en colectivo, los que no me llega la comida hippie naturista.............
......................y los días que - como hoy - me re quedo mosca a las 23.19 y es sábado y me da cosa por mi juventud. Y hago estas cosas. 
Chau chau good night ... 


Y por favor ved ambos videos que son uno que dejo abajo porque son sublimes aunque al principio el sonido sea malo.














2 comentarios:

  1. RUTINA
    NUTRIA

    que tiene que ver el simpatico animal con los hechos que se repiten in-concientemente?

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