Para quien se ve obligado a soñar con los ojos abiertos, todo
movimiento está a la inversa, toda acción se quiebra en
fragmentos de kaleidoscopio. Creo, mientras marcho en medio del
horror del presente, que sólo aquellos que tienen el coraje de
cerrar los ojos, aquellos permanentemente ausentes de eso que
ellamamos realidad, tienen el poder de afectar nuestro destino.
Creo, frente a este lúcido y amplio horror de la vigilia, que
todos los recursos de nuestra civilización serán inadecuados para
descubrir el granito de arena necesario para transformar el
estancado, el estupidizante equilibrio de nuestro mundo. Creo que
sólo un soñador que no tema ni a la vida ni a la muerte
descubrirá este punto infinitesimal de fuerza que sonvertirá
instantáneamente el cosmos en un ruido. Ni por un momento he
creído nunca en la lenta y penosa, la gloriosa y lógica, la
ingloriosamente ilógica evolución de las cosas. Creo que todo el
mundo, no sólo la tierra y los seres que la pueblan, no sólo el
universo cuyos elementos hemos definido, incluyendo los universos
como islas fuera del alcance de nuestra vista y de nuestros
instrumentos - sino que todo el mundo, el conocido y el
desconocido, está patas arriba y grita de locura y de dolor.
Creo que, si mañana se descubriera el medio de volar hasta la
estrella más remota, hacia uno de esos mundos cuya luz, según
nuestros siniestros cálculos, no llegará hatsa nosotros hasta
después que la tierra se haya extinguido, creo que, si mañana
fuéramos transportados a esa estrella, en un tiempo que todavía
no se ha iniciado, encontraríamos un horror idéntico, una miseria
idéntica, una locura idéntica. Creo que, si adecuamos nuestro
ritmo al de las estrellas que nos rodean, y evitamos
milagrosamente el choque, es porque estamos también ligados al
destino que trabaja simultáneamente aquí, allá, más allá y en
todas partes, y que no habrá escape posible a este destino
universal a menos que, simultáneamnete, aquí, allá, más allá y en
todas partes, cada uno y todos, los hombres, lasplantas, las
bestias, los minerales, las rocas, los ríos, los árboles y las
montañas... lo quieran.
Hola! laura! me gusto :)
ResponderEliminarLa evolucion es una hermosura, lo problematico es que desviaron la escencia de "evolucion" a una locura con etiqueta de "progreso", el mundo esta loco, pero esta buenisimo.
ResponderEliminarOjala -todos lo quieran-.
lindoo
ResponderEliminarjusto es uno de los tantos que tengo en la lista de "pendientes"..
saludos
lo peor de henry miller es cuando se pone a divagar -como en este texto-, lo mejor, las escenas de sexo y las descripciones de personajes, unos más interesantes que otros. Al menos esa es la opinión que me formé después de leerlo.
ResponderEliminarSí, casi que concuerdo completamente con vos MAV.
ResponderEliminarCuando Miller logra seguir el hilo de la historia es increíble. En este Primavera Negra dedica buena parte a contar su historia y la de su vda como sastre, y es magnífico... Pero después divaga , divaga, y hay que encontrarle la rosca, entenderlo y tratar de saber a dónde quiere llegar. Aún así, entre tanta "cháchara" se manda monólogos (como el que subí acá) que me parecen increíbles.