García Bar y Rock

No te preocupes, you are free:

Nos queda un poema y nada más.

Te quiero por odio y complicidad,

No me busques, no me vas a encontrar.

Y mi niña interior salta en un pie.

Me retuerzo de alegría y risas,

Llena de los sentimientos más asquerosos,

Que me devuelven libertad…

Y ese amor…

Y esa complicidad. Y esa sonrisa.

Y mi niña interior salta con los dos pies.

Muerta, doy por cerrado otro momento.

Ahora te amo en paz. Sé que estamos en el mismo nivel del terror.

¡Ay! ¡Qué lástima! Dejame bailar con vos,

Abrazarme a vos,

Volar un rato nomás…y ser feliz de felicidad.

No dejes que el orgullo me haga ser.

Y mi niña interior salta y baila.

No me mires porque no me acuerdo de tu cara.

Te pienso todo el día.

No me mires porque me vas a entender,

Y me vas a tentar.

Voy a tener que largarte todas mis palabras que no querés escuchar, vas a tener que conocerme y hacerme bien. Y yo devolverte la locura con la que me haces.

Vamos a ser uno otra vez, ¿y ahora qué?

Mejor andate.

Guardé este texto con ese nombre: García Bar y Rock.

Hace unos pocos días me decidí a darle título a varias cosas que tengo escritas. Siempre me costó poner títulos.

La otra tarde, o noche, o mañana, no me acuerdo cuándo fue, me puse a ver qué tenía en la carpeta de mi compu en la que guardo todo eso que se me da por redactar. Todos los textos que me gustan y puedo dar por finalizados (aunque siempre los retoco y nunca me gustan realmente) (sí, soy contradictoria) están guardados como un número. La misma modalidad utilizo acá, en el blog. Y por ahí se me dio por pensar que soy un poco despectiva conmigo misma, sí, como que me dije que ya fue Laura, son cosas que sentiste, que escribiste, que trabajaste, no te hagas la que te repudías por completo. Y decidí, hice un pacto conmigo misma: por un lado voy a seguir diciendo que "eh bueno no escribo, no, no, digamos que no escribo", y voy a seguir poniéndome colorada cuando me digan que me leyeron en el blog (con o sin juicio de valor de por medio eh); pero por otro lado le puse título a algunos textitos; títulos que pueden aparentar ser ridículos, pero dado el hecho de que yo sé por qué escribo lo que escribo, sé por qué título así o asá lo que escribo. ¿Se entiende?

Y entonces he aquí un García Bar y Rock. Hay varios de este tipo. Todos hechos y sentidos durante la época (que duró sus cuantísimos meses y casi dos años) en la que por Pichincha andaba una banda gigante de gente, y también andabamos Pau, Fer, yo, y todo era muy lindo, muy divertido, muy lleno de bailes, y anécdotas que no morirán jamás, pero también en el medio se revolvía una enorme cantidad  de sentimientos, que hacían que nazcan cosas por el estilo. Y a veces más lindas. Y a veces más tristes.