martes, 15 de junio de 2010

Los que luchan y los que lloran II

(...)

En la cima de una montaña, detrás de un matadero abandonado, se había instalado el hospital de campaña. Más de una hora nos demandó la ascensión hasta el bohío iluminado, resbalando constantemente en el barro. Cuando llegamos, nos encontraos con De La O y Fajardo, que habían llegado no sabíamos de qué manera. 

Varios candiles alumbraban con su luz amarillenta a un grupo de hombres que auxiliaban a más de treinta heridos, casi todos ellos guajiros. En un rincón, una mujer lloraba a gritos y pretendía levantarse de la silla antes de que Fajardo le aplicase una inyección. 

De la O, con los ojos brillosos, me indicó una mesa. Extendido, largúisimo y seco, estaba el cadáver desnudo de un niño rubio. Tenía enrollada en la pierna izquierda una venda ensangrentada y los ojos entreabiertos y la dentadura blanquísima que asomaba entre los labios, reflejaban la luz de la vela colocada a los pies. El estómago estaba hundido, casi hasta juntarse con las tablas blancas de la mesa. 

Me quedé unos segundos delante de él. Los gritos de la mujer nos hacían permanecer a todos mudos, aunque mi mente repetía constantemente, como una letanía: hijos de puta... hijos de puta...

- ¡Maldito Batista! ... ¡Qué has hecho de mi hijo... Batista! ... ¡Qué has hecho de mi hijo!... 

Y yo seguía pensando, clavado ante el cadáver estirado del chico: hijos de puta... hijos de puta... 

Mecánicamente me alejé y comencé a tomar el nombre de los heridos y el del niño muerto: Orestes Gutiérrez Peña, de seuis años. Pero me sentía frío, ridículo, cumplimiendo mi misión de periodista. ¡Qué hacía yo ahí, con la lapicera en la mano, en lugar de estar apretando el gatillo de una ametralladora! 

- ¡Maldito Batista!... ¡Qué has hecho de mi hijo!... 


(...)

Cuba - luego de la huelga general del 9 de abril de 1958 
Del libro "Los que luchan y los que lloran" de Jorge Ricardo Masetti

3 comentarios:

  1. Todavia no di corte, estoy dando color, hoy teñimos a una compañera.
    En dos meses maso doy corte, si queres y me dejas te corto, pero seria mejor que vayas a una pelu mientras.

    ResponderEliminar
  2. Tu blog me obliga a prestar atención a lo que leo, ¿sabés lo que duele eso?

    Aún así prometo volver y leer como corresponde.

    Zurdita (?)

    ResponderEliminar